La jerarquía de valores en las empresas está cambiando de una forma muy acelerada. Y todos los aspectos relacionados con el bienestar del trabajador ganan más importancia cuanto más competitivo es el entorno en el que nos encontramos.
Cuando un empleado se va de una empresa, deja un vacío temporal que afecta a las operaciones y resultados de esa posición en particular y de la empresa en general. Por ello, tanto los costes operativos en los que se incurre, la calidad del servicio o los costes de oportunidad que se generan, se alargan también debido a la curva de aprendizaje del nuevo empleado que lo reemplaza. Y a todo ello, se añaden los costes obvios de reemplazar al empleado y que pueden ser muy altos.
Por otra parte, antes de que ese empleado haya dejado la empresa, es posible que ya se haya incurrido en otro tipo de costes no tan visibles. Lo más probable es que llevara tiempo desmotivado y que su productividad ya fuera baja mucho antes de dejar la empresa.
No podemos evitar que se vayan. Cualquier empleado tiene motivaciones e intereses distintos y las razones pueden tener tantas dimensiones que es complicado hasta enumerarlas… Pero lo que sí podemos es intentar que estén lo más cómodos posible. Una de las herramientas que todos utilizamos para mejorar la retención son los beneficios sociales. Y beneficios sociales, hay muchos y de muchos tipos:
- Beneficios en el cargo (flexibilidad horaria, formación, teletrabajo…)
- Beneficios fuera del cargo, pero en la organización (elementos recreativos, snacks, fruta y cafés gratuitos…)
- Beneficios fuera de la organización (seguros, descuentos…)
Pero hay un aspecto que afecta mucho al bienestar de los empleados y que es de difícil solución: su estabilidad financiera. Un empleado con problemas financieros es seguramente un empleado que necesita tiempo para hacer gestiones, afectando no sólo al tiempo que le tiene que dedicar, sino a la falta de foco en su trabajo. Y es que un 48% de los empleados declara tener problemas cuando tienen un imprevisto económico y acaba contratando productos financieros, endeudándose con créditos abusivos.
Todo ello, afecta mucho a su productividad y puede derivar en problemas que acaben en tener que reemplazar a ese trabajador… Y ¿Qué se puede hacer para mejorar su estabilidad financiera, sin entrar en una mejora salarial que no siempre es posible?
Para empezar, podemos darle la opción de adelantarse la parte del salario que ya ha generado. Y es que a pesar de ser un derecho del trabajador, no es una opción muy utilizada. Las peticiones de adelanto suelen representar dolores de cabeza. Son procesos extraordinarios, que afectan a varias personas (responsable, recursos humanos, finanzas…), que requieren de tiempo y tensiones en el propio cash flow de la empresa.
Por otra parte, el trabajador no se siente cómodo solicitándolo por no molestar o por pura discreción…
¿Y entonces? ¿Cómo podemos hacerlo fácil? Hastee es una herramienta ideal que mejora sustancialmente el problema del estrés financiero: poder cobrar el salario devengado a través de una App y con un par de clicks… un beneficio social clave, sencillo, discreto y muy eficaz para mejorar la productividad y la retención de los empleados de una compañía.